Aquí les dejo para su lectura el prólogo de mi libro Sartre en mi vida.
---------------------------------------------------------------------------------------
Cuando en 1995 se cumplieron los cien
años de su nacimiento y veinticinco de su muerte, por obra y gracia de mi
publicitada reputación de sartriano a ultranza, me sentí comprometido a
explicar y honrar tamaña distinción. Como resultado de ello, en numerosos
medios nacionales y algunos internacionales, como la revista Crítica de
la Universidad Autónoma de Puebla en México, el diario Libération de
París, la revista Casa de las Américas de Cuba y la revista Espéculo de la Universidad Complutense
de Madrid, escribí textos que hoy se recogen en este libro cuya única
pretensión es la de contribuir a que en Colombia se amplíe y se profundice en
el conocimiento de la vida y la obra del filósofo francés Jean-Paul Sartre.
Tal como Neruda confesó haber vivido, yo puedo decir con una mezcla de placer y ansiedad que también viví a Sartre desde mi lejana juventud y con soberbia intensidad, pero, en mi caso, bajo la influencia vital y enriquecedora suya, sumiéndome en su pensamiento crítico, su filosofía, su erguida praxis política, actuando siempre del lado de Los condenados de la tierra, como lo expresara en el prefacio del libro de Frantz Fanon y, en fin, en su ética incorruptible de luchador por los valores de la libertad.
Como en este libro está dicho lo que de él pienso in extenso, y algo más, no quiero en esta introducción caer en la redundancia, sino simplemente intentar entregarle al lector con claridad y precisión algunos trazos del pensamiento y rasgos de la personalidad de este hombre al que considero sin titubeos como el más portentoso, honesto y consecuente de los intelectuales del siglo xx.
En fin, sus
principios ampliamente repicados en el apogeo de su fama en polémicos
enunciados filosóficos tales como el existencialismo, la libertad, la mala fe,
la autenticidad, el compromiso, el yo como proyecto, el psicoanálisis
existencial, El ser y la nada, y la responsabilidad individual, que
provocaron agudas polémicas en medio de una amplia y universal difusión. Y
ocurrió lo mismo con sus categóricas posturas respecto al rechazo de las
costumbres burguesas, su militancia en la izquierda, muy próxima al marxismo
pero sin concesiones al comunismo, y la óptica crítica y descarnada frente a
las desigualdades sociales que, ya viejo, lo retrataban como un beligerante
agitador político.
Lo que me gusta de mi locura es que me ha protegido, desde el primer día, contra las seducciones de la elite; nunca he creído ser el feliz propietario de un talento; de lo único que se trataba era de salvarme —nada en las manos, nada en los bolsillos— por el trabajo y la fe. Como consecuencia, mi pura opción no me elevaba por encima de nadie: sin equipo, sin herramientas, me he metido entero en la tarea para salvarme entero. Si coloco a la imposible Salvación en el almacén de los accesorios, ¿qué queda? Todo un hombre, hecho de todos los hombres y que vale lo que todos y lo que cualquiera de ellos.
Germán Uribe
Bogotá, mayo de 2021
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Lo invitamos a dejar sus comentarios