domingo, 4 de octubre de 2009

Nosotros los de entonces, ya no somos los mismos...

Por Germán Uribe
mailto:guribe@cable.net.co

Hasta hace algunos años, cuando no solamente era, sino que me sentía joven y vigoroso, regían para mí unas licencias que me lo permitían todo a cambio de nada. Por entonces, sin mediar mayores preocupaciones, nada me era imposible o difícil. Los obstáculos se constituían en una provocación y un reto alucinantes. Pero con el paso de los años han cambiado de tal manera las reglas aconsejadas para llevar una vida equilibrada y tranquila, que hoy me veo precisado a indicarle, particularmente a los jóvenes buscando para ellos su beneficio y aprovechamiento, lo que antes hacía que hoy no hago, o lo que antes dejaba de hacer y hoy ya no puedo. Y no todo lo que ahora dejo de hacer se me impone por voluntad propia o porque así sería mejor, sino que algunas cosas de las que antaño hacía y ahora no hago, me vienen dictadas por fuerzas extrañas a mi voluntad, por una realidad abrupta e inexorable. Pero mejor será ver los ejemplos y avenirse o no con ellos:

1) Yo no creía que la muerte era segura, porque de pronto vaya y quién sabe...
Ahora creo que no hay nada más seguro en esta vida que la muerte.

2) Pensaba que la comida era para comerla y nada más.
Ahora pienso que la comida es a un mismo tiempo alimento y deleite.

3) Antes imaginaba que el amor de las mujeres era una obligación suya frente al hombre.
Ahora sé que el amor de las mujeres hay que ganárselo.

4) Antaño todo era cantidad.
Ahora sólo busco la calidad.

5) En otros tiempos me dedicaba de noche a prender todas las luces de mi casa para verme mejor dentro de un mundo bien iluminado.
Ahora sólo puedo verme a mí mismo bien y ver con mayor objetividad al mundo que me rodea, en medio de la tenuidad y la penumbra.

6) Otrora no me detenía a pensar en la velocidad agobiante y opresiva del tiempo, lo dejaba pasar de manera alegre e irresponsable.
Ahora taso, cronometro, mido cada segundo que pasa.

7) Antaño dejé de hacer muchas cosas porque simplemente no quería.
Ahora dejo de hacerlas porque simplemente no puedo.

8) Anteriormente reía con ganas; había mucha arrogancia y despreocupación en mi risa.
Ahora río con cautela.

9) En épocas lejanas comía de todo.
Ahora, ¿qué puedo comer?

10) En mis viejos tiempos todo lo veía desde un punto de vista general, universal.
Ahora todo lo miro con la lente de lo particular y lo concreto.

11) Entonces mis viajes los desarrollaba por diversas geografías del mundo.
Ahora mis viajes los hago cada vez con más frecuencia por dentro de mí mismo.

12) Antiguamente los amigos me escogían a mí. Eran muchos.
Ahora yo escojo a mis amigos. Son escasos.

13) Hasta hace muy poco escribía para que me admiraran.
Ahora francamente no sé para qué escribo.

14) Antes me desesperaba y gritaba.
Ahora intento acomodarme a la realidad, resignarme y callar.

¡Maduré!

2 comentarios:

  1. Y saber que uno no se detiene a pensar en estas cosas tan ciertas.

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  2. www.mompoxlapobre.blogspot.com27 de agosto de 2010, 20:48

    la vejez como dice el dicho no viene sola, viene acompañada de sabiduria, que al mismo tiempo lo vuelve a uno mas seguro pero al mismo tiempo mas inseguro y mas si vives en un pais como el nuestro, a no ser que seas indolente ante el sufrimiento de tantos compatriotas....pero tranquilo ante la mirada de los uribestias somos unos mamertos y resentidos sociales

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