Entrevista concedida el 8 de marzo de 2011 a la periodista Liliana Ramírez Sánchez
Liliana Ramírez Sánchez. Para usted, ¿qué es hacer periodismo?
Germán Uribe. Hacer periodismo es ejercer una profesión cuya finalidad consiste en informar sobre los acontecimientos que se desarrollan en tiempos actuales, ciñéndose a la verdad y a la realidad y buscando la manera de que al tiempo que sean de interés general, tales informaciones le lleguen al mayor número posible de personas. Ese " mosaico de informaciones y opiniones procesadas, ordenadas y ensambladas en los medios informativos" que respeta estos principios vendría a constituirse en lo que podemos denominar periodismo en serio.
LRS. ¿Cómo se hace verdadero periodismo?
GU. Acabo de decirlo, cumpliendo con seriedad y responsabilidad estos principios.
LRS. ¿Cómo considera usted el periodismo colombiano?
GU. Pienso que el investigativo cada día se especializa más, tiene mayor vigencia, es ejercido con alguna libertad y, siendo valeroso como efectivamente lo es, presta un formidable servicio a la Justicia y a la sociedad. El resto, el ejercicio periodístico colombiano en general, lo veo cruelmente débil, alienado en intereses de diversa índole -económica, social, burocrática, etc.-, irresponsable y mediocre. Desde luego que existen algunas excepciones que sacan la cara por esta profesión. En tantos casos es tan irresponsable, que cuando, por ejemplo, por estos días en que se sigue el discurrir de los conflictos internos en Libia, varios de estos "denodados" periodistas nuestros no se ruborizan cuando es a título personal -y por rencores que no nacen de su propia cultura política o de su conciencia moral o ideológica, sino de la propaganda estadounidense-, que afirman con adjetivos encendidos que el señor Gadafi debe ser expulsado de su país y juzgado por la Corte Penal Internacional por estar masacrando a su pueblo. No saben los "brillantes" e "independientes" periodistas realmente lo que ocurre allá, ni tampoco que lo que ocurre es que los tienen fletados repicando las noticias elaboradas desde la cúpula de los intereses norteamericanos y europeos ávidos de petróleo y de toda clase de intereses económicos. Igual sucede cuando "informan" aquí sobre la guerra interna colombiana: hacen una lectura de los boletines de prensa del Ejército, la Policía o de las altas esferas del gobierno nacional, no sólo textual, sino mejorada y aumentada por sus pasiones personales, y la reproducen fielmente.
Ya tocando otro aspecto del periodismo colombiano, veo en las columnas de opinión una valiosísima válvula de escape de nuestras angustias, frustraciones y deseos en numerosos columnistas que con su fuerza argumental hacen pensar al lector y en veces logran modificar decisiones equivocadas de las mismas autoridades.
LRS. ¿Qué considera usted que deba inspirar a un periodista?
GU. Ante todo la verdad, así esta tenga un contenido de dolor, repulsión o sea simplemente contraria a su ideología y principios.
LRS. ¿Al ser periodista nunca se ha visto obligado a dejar de lado una verdad por alguna amenaza al publicarla?
GU. El periodista que tema por una amenaza, a partir del momento que permita que ese temor influya en su oficio, pierde la sindéresis. Lo más honesto y digno que puede hacer es entrar en receso, pero ante todo, jamás ceder al miedo traicionando así la verdad en una noticia. Es humano ese temor, y de ser cierto e inminente, debe priorizar el valor de su vida, pero de ningún modo a costillas de la verdad periodística.
LRS. ¿Cree que sí hay libertad de prensa?
GU. Si, aunque relativa. Yo puedo escribir lo que quiera pero mientras no hiera los intereses de quien me publique. Y sí, y lo vemos en algunos medios, pero sin que en Colombia dejen de existir las presiones del poder gubernamental, económico, empresarial y político -ya el religioso no cuenta- sobre los medios que muestran independencia e intentan ceñirse a la verdad de los acontecimientos.
LRS. ¿Cuáles son los elementos fundamentales para realizar una impecable columna de opinión?
GU. Decir lo que se piensa sobre no importa qué tema, y de una manera contundente y sobria, y en donde la convicción reine. Y la buena escritura, desde luego.
LRS. ¿Cuál es el tema que más le apasiona?
GU. Personalmente el de la injusticia que se pasea oronda por doquier en nuestro país. La impunidad terminará por convertirse en el mejor aliciente para el bandidaje y en la causante del continuado deterioro social. De allí que siempre haya pensado -y nos es de mi cosecha, naturalmente- que nunca podrá ser exitosa una revolución o un cambio social drástico en beneficio de una sociedad o una nación, sin que lo primero que se enmiende y perfeccione no sea la Justicia.
LRS. ¿Cuál es el tema que más le molesta?
GU. Las mentiras que como apéndices de la información proliferan y crecen y se desarrollan como malas hierbas y la tergiversación de las noticias que son pan diario en los medios de comunicación colombianos. Los noticieros de televisión tales como RCN y Caracol, provocan vergüenza ajena y harían sonrojar al más idiota y desinformado de los ciudadanos europeos. Me molesta y me ofende ver cómo estos periodistas, muchos muy conocidos de El Tiempo y El Espectador, y tantos otros de todos y cada uno de los medios que hoy por hoy prestan sus servicios a los gobiernos de turno, confunden a la gente, la inmiscuyen en pasiones perversas contra esto y aquello, o del lado de cualquier cosa, sin importarles las consecuencias a futuro que para nuestro país y para la sociedad en general pueda tener tamaña irresponsabilidad.
LRS. ¿Cuál es el artículo que recuerde y que se sienta complacido al haberlo escrito?
GU. Ninguno. Aunque no me releo, pienso que todos merecen ser corregidos por una u otra razón.
LRS. ¿Por último, qué concejo les da a los futuros periodistas no solo de INPAHU si no de las demás universidades?
GU. Que no se dejen coger ventaja de la pereza y estudien. Pero, sobre todo, que por su propio bien -se sentirán mejores, ya lo verán-, y por el bien del país, sean honestos.
Pretendo con este blog reunir una serie de textos que terminen conformando el que yo pienso será el último de mis libros: PRECISIONES. En él intento plasmar mi libre criterio sobre aquellos temas que me han provocado rabia o amor en medio de arrolladores sentimientos, sentimientos éstos que desde siempre sólo he logrado sosegar a través de la escritura. Lo asumiré pues como si fuera una cámara de video con la cual captar descarnadamente el mundo tal como yo lo veo, lo vivo, lo sufro o lo gozo.
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